22 años de críticas, 22 años del más hermoso matrimonio de una pareja con Síndrome de Down

Pocos apostaron por ellos, hoy miran a sus espaldas 22 años de matrimonio.

Con una sonrisa y unos ojos que demuestran amor y compromiso, se define en pocas palabras el matrimonio de  Tommy Pilling y Maryanne Martín. Se conocieron en un centro de aprendizaje para personas con discapacidad y desde ese momento quedaron enamorados. 18 meses fueron suficientes para que él se diera cuenta que quería pasar el resto de su vida con esa hermosa mujer, que desde el día que lo conoció no ha dejado de hablar de él y de lo especial que ha sido hasta el momento.

Así fue el gran día…

Con la inocencia que caracteriza a estas especiales personas, y como si se tratara de un juego pero que realmente no lo era, Tommy decidió proponerle matrimonio a Maryanne con un anillo de plástico, que había logrado conseguir en una máquina de dulces. Las mamás son nuestro apoyo incondicional y en este caso la suegra de este valiente prometido, lo acompañó a comprar un anillo que demostrara la seriedad e importancia del acontecimiento.


Corría el año 1995 y alrededor de 250 personas fueron testigos de este juramento de amor eterno. Ella lucía un soñado vestido blanco y el un elegante esmoquin , sin quererlo, hicieron referencia a los miles de cuentos que escuchamos desde niños, que hablan de amor eterno, príncipes azules y princesas.

El día de mi boda fue el mejor día de mi vida – Le dijo Maryanne al periódico Daily Mail.

Pese al poco optimismo de sus conocidos, 22 años después son un matrimonio ejemplar.

Muchas fueron las críticas hacia los padres de la pareja, la gente decía que no durarían y hasta de locos fueron tildados y sí, ellos están locos pero de amor el uno por el otro.

Son la pareja más feliz que he conocido nunca, se quieren de verdad con todo su corazón – Explicó Lindi la hermana de Maryanne al HuffPost

Hoy se encuentran viviendo un amor sin prejuicios, van a cine, bailan, juegan golf y hasta tienen una página en Facebook y aunque viven en el mismo vecindario de sus familias, son muy independientes. Esta pareja de tortolitos celebra sus bodas de cobre y lo más importante es que se ríen, se abrazan y se besan como si fuera el primer día.


Fuentes: Facebook Maryanne and Tommy, Huffpost