Unas gafas y su maquina de coser son sus armas para ayudar al hospital de su pueblo a combatir el terrible virus.
En tiempo de coronavirus cientos de ayudas llegan a hospitales, albergues y distintas organizaciones que trabajan para erradicar la propagación del virus. Dicen que nunca se olvida lo aprendido y esta enfermera retirada llamada Ilse Buddenberg, durante la cuarentena ha decidido aportar su conocimiento y experiencia para proteger a los profesionales de la salud.
La bondad y la vocación cualidades de una enfermera.
Ilse Buddenberg se graduó a los 20 años como enfermera y aquella maravillosa profesión la llevó a conocer al que sería el padre de sus hijos, un médico alemán llamado Horst Buddenberg, con el que se casó el 14 de enero de 1956.
Ya siendo una familia, la pareja decidió instalarse en Eldorado, una ciudad de Argentina, en donde fundaron su propia clínica para ayudar a los más necesitados, en su propia casa. Desde aquellos días, Ilse se ocupó de que en su acogedor centro de salud no faltara nada, por lo que ella misma cosía las máscaras y ropa quirúrgica, para pacientes y médicos. Luego de unos años de trabajar por su comunidad Ilse se retiró, se dedicó al hogar y en el 2001 enviudó.

Todos estos recuerdos hacen parte de las historias que esta tierna abuelita de 89 años le cuenta a sus 6 nietos y 2 bisnietos, los cuales la quieren y se enorgullecen de todo lo que ha hecho por ellos e incluso por Eldorado. Afecto y admiración que también recibe de parte del municipio que hace poco la honró con un emotivo premio.
El año pasado, cuando la localidad cumplió 100 años, Ilse fue elegida “Reina de los Pioneros» – Contó Ingrid Buddenberg, su hija, al medio local MisionesOnline
A pesar de que lleva varios años de retirada, Ilse no olvida el compromiso que hizo con su profesión el día de su grado, ayudar al que lo necesita y ese sincero juramento ha sido recordado más que nunca en estos tiempos de pandemia.
Apoyando héroes con máscaras quirúrgicas.
Con la propagación del virus muchos elementos de cuidado se fueron agotando rápidamente, el gel antibacterial, los guantes y las máscaras quirúrgicas escasean casi que por completo. Durante el tiempo de cuarentena, la abuelita escuchó que los hospitales se estaban quedando sin elementos médicos de protección para atender a pacientes contagiados con Coronavirus, sin pensarlo dos veces decidió ponerse manos a la obra.
En mi casa, en el kilómetro 8 de Eldorado siempre se cocinó, se lavó y se planchó toda la ropa blanca de los pacientes del sanatorio, a lo mejor está usando las telas que quedaron de otra época – Aseguró su hija a MisionesOnline.
Con tijeras en mano, metro en el cuello, unos rollos de hilo resorte y un poco de tela, Ilse se puso a confeccionar máscaras quirúrgicas para donar su trabajo al Hospital Samic, ubicado en su ciudad.
Todas las tardes esta abuelita que el 9 de junio cumplirá 90 años, se sienta frente a su máquina de coser, para elaborar caretas que serán donadas días después.
Aplaudimos este y otros gestos de ayuda que han llegado en esta difícil época, sin duda, cuando se quiere, se puede y todos estos hermosos y desinteresados actos, nos ayudaran a salir sanos y triunfantes de esta dura batalla. #YoMeQuedoEnCasa
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Fuente: MisionesOnline,