Ella es mi suegra, desde que mi esposa enfermó es mi soporte, no dejó que mi mundo cayera

Al principio no me entendía con ella, hoy es mi heroína.

Conectar e incluirse de manera rápida y satisfactoria en la familia de tu pareja sentimental es un trabajo que puede ser complicado y al que hay que dedicarle tiempo especial. Por esta situación tuvo que pasar Scott Mann, cuando conoció a Sharon, la mamá de Michele, la que es ahora su esposa y entendió cuanto valor tienen los familiares en los momentos más duros de la vida.

El amor se demuestra de mil maneras.

Inicialmente la relación entre Sharon y Scott, no prosperó tal vez como los dos hubieran querido, pero el hombre hizo caso omiso a los defectos que vio en la mujer en aquel primer encuentro y por amor a su esposa, empezó a aceptarla con su difícil carácter e incluso a hacer un máximo esfuerzo en entender su acento sureño, un poco brusco y confuso.

Durante alrededor de cinco años, la relación entre suegra y yerno a larga distancia fue llevadera, aunque un poco tensa, sin embargo, el destino les tenía preparada una difícil situación, de esas en las que se necesita de todo el apoyo brindado, pero aún más del núcleo familiar. Por lo que en aquel momento muchos sentimientos pasaron a segundo plano en función de lo más urgente e importante.

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Con 30 años, Michele, la esposa e hija, fue diagnosticada con leucemia y en ese preciso instante el papel de su madre, recobró vital importancia para la familia, como un salvavidas que aparece en medio de la desolación al que todos pudieron aferrarse.

Así pasen los años, el papel de madre nunca termina.

Sharon, empacó sus maletas en Virginia del Sur y en compañía de su esposo, un veterinario de Vietnam, se mudó a la casa de Michele para estar al tanto de su salud.

Luego de la mudanza y durante dos años, la mujer no solo se ocupó del cuidado de su hija y de llevar un completo orden en los medicamentos recetados, así como de cumplir cada una de sus citas médicas, sino también de todo lo relacionado al hogar, pero lo sorprendente fue que también lo hizo cuando era ella quien necesitaba ser cuidada.

Hace seis meses, Sharon, también fue diagnosticada con cáncer y mientras la valiente mujer asiste a sus mastectomías y sus quimioterapias, sigue llevando a cabo su papel de madre cuidadora con Michele. De seguro siente molestias en su cuerpo, tiene cambios repentinos de carácter e incluso no tiene tiempo para sí misma, pero no ha dejado un día que su hija se sienta sola o sin ganas de continuar.

Su hermosa labor ha sido reconocida de manera especial por Scott, quien recientemente publicó una foto de la mujer, donde se le ve sentada al lado de la estufa preparando algo de comer para su hija. Por medio de las redes sociales, su yerno aprovechó para hacerle un corto pero sentido homenaje a su suegra donde reconoció que es su heroína.

«Esta es Sharon, mi suegra.

Ella me enseñó que es un trabajo importante ver a alguien por lo que es y no por lo que esperas.
Cuando conocí a mi suegra me costó entender su marcado acento del sur de Virginia. Y parecía un poco mandona en esa forma educada pasiva agresiva sureña. Pero sabía que ella era importante para el amor de mi vida, así que la acepté a regañadientes como lo hacemos algunos de nosotros cuando la familia se ve obligada a aceptar.

Después de 5 años, todavía no la conocía realmente.

Cuando mi esposa contrajo leucemia a los 30 años, nuestro mundo se hizo añicos y cambió para siempre, Sharon asumió con mucha calma y firmeza el papel para el que nació. Se mudó a nuestra casa con su marido, un veterinario dependiente de Vietnam, y también se convirtió en la cuidadora de Michele.

Durante los últimos dos años, compró la mayoría de los alimentos, cocinó casi todas las comidas, hizo la mayor parte del lavado y la limpieza, llevó a ambos dependientes a casi todas las más de 300 citas médicas, clasificó decenas de miles de pastillas y se aseguró de que todos fueron tomados a tiempo a todas horas todos los días.

Y lo hizo cuando a ella misma le diagnosticaron cáncer hace 6 meses. Cuando le iban a hacer una mastectomía. Cuando pasó por la quimioterapia.

Ella tararea cuando trabaja. Habla consigo misma cuando no hay nadie que la escuche y va todos los días con humildad y gracia.

Tomé esta foto antes de salir del trabajo esta mañana. Ella no sabía que yo estaba allí.

Esto, amigos, es como se ve la grandeza en un momento de tranquilidad. Esperando que se cocine la avena para su hija por 300ª vez desde que se enfermó.

No todo el mundo llega a tener un superhéroe del mundo real en sus vidas.

Y por esto me siento lleno de gratitud todos los días «.

Esperamos que estas dos valientes mujeres se recuperen pronto y puedan tener la feliz vida en familia que se merecen.

La familia no la escogemos, sin embargo, están en nuestra vida con un propósito especial, ese mismo que cuando llegue el momento saldrá a flote para demostrarnos, porqué un lazo sanguíneo es más fuerte que cualquier otro sentimiento en el mundo.

Fuente: Love What Matters.