Estos empaques sólo sirven para engañar sobre el tamaño del producto y para contaminar el planeta.
Una de las razones para que el mundo esté tan contaminado es, aparte del consumo exagerado, y entre otras muchas cosas, la innecesaria existencia de los envases que sólo contienen otro envase más pequeño en el que si viene el producto que estamos comprando.
Tan sólo en Estados Unidos se producen 9.000.000.000 cajas de cartón al año para empacar el envase individual de pasta de dientes.
Un buen ejemplo de ello son las pastas dentales, que suelen venir envueltas en una caja de cartón que aumenta a la vista, el tamaño real del producto y que sólo es utilizada para contener en su interior el tubo de plástico o aluminio en el que viene la pasta de dientes.
Esta practica supone dos problemas, por un lado, encontramos que el adornar con un empaque extra no se lleva a cabo como medida de protección del producto, sino mayormente, como estrategia de marketing para hacer ver a este de un tamaño más grande del que en realidad tiene y por otro lado, el exceso de materiales que impactan notablemente el equilibrio ecológico, pues cada uno de ellos es un contaminante más con el que el planeta tiene que lidiar y cuya elaboración se hizo en detrimento de algún valioso recurso natural.
El cartón viene de los árboles.
En el caso de las pastas de dientes, si bien el cartón del que está hecho el segundo empaque, se demora mucho tiempo menos en degradarse, un año aproximadamente, en comparación con otros materiales más contaminantes como el plástico, cuyo proceso biológico es de mínimo 150 años, su aporte al daño ecológico es significativo y en lo absoluto despreciable, pues para obtener la celulosa de la que el cartón se compone, se necesita talar árboles y ya bien sabemos las nefastas consecuencias que la deforestación tiene sobre la salud del planeta Tierra.
Islandia, un país amigable con el medio ambiente.
Por todo ello y en un acto ejemplar de conciencia ambiental el gobierno de Islandia, catalogado como el segundo en el mundo más amigable con el medio ambiente, ordenó a los fabricantes de pastas dentales, eliminar de sus productos la tradicional caja de cartón y distribuirla para su venta tal cual viene, es decir, directamente en el tubo que almacena la sustancia con la que todas las personas alrededor del mundo nos cepillamos los dientes.
Pero la fabulosa medida no sólo contempla este producto, en general, la administración pública de dicho país viene sacando del mercado paulatinamente los empaques de productos innecesarios, actualmente el 90% de los envases de cartón y plástico han sido descartados de las estanterías comerciales.
Un ejemplo inspirador.
El ejemplo de este gobierno ha inspirado a personas de todo el globo a realizar peticiones ciudadanas con el fin de que en sus propios países se imite la medida.
Celebramos con entusiasmo este tipo de normas que obligan a fabricantes y consumidores a tomar consciencia sobre el daño que los productos que no necesitamos y que compramos y utilizamos en grandes cantidades le hacen al único hogar que tenemos: el planeta Tierra.
Fuente: Alan’s Theory.