Leyendo los comentarios de este vídeo me he dado cuenta de que aunque suene muy disparatado, a muchas personas les ha sucedido lo mismo que a este hombre, y uno se pregunta cómo es posible? y sobre todo la gran cuestión es quién tiene la responsabilidad sobre estas confusiones: la tienda, el producto o el consumidor?
Es cierto que hay productos que esconden información clave para hacerte comprar algo pensando que estas adquiriendo un producto diferente, también pasa que algunos empaques omiten cierta información porque saben que son ingredientes que suelen hacerle daño a las personas, todo esto obedece a las estrategias de venta que no siempre posicionan como prioridad a sus clientes o su salud.
Sin embargo, lo que le sucedió a este hombre me parece un poco distinto, porque en el empaque dice claramente para quién están dirigidas las galletas que él compró. El problema radicó más bien en el lugar dentro del supermercado en donde estas estaban colocadas.
Acorde a lo que el mismo manifiesta en el vídeo que grabó para contar lo sucedido, él entró al supermercado y como tenía hambre compró dos pasa-bocas, unas barras de ajonjolí y unas galletas que al parecer contenían arándano y miel. Hasta ahí, todo bien.
Regresó a su auto y empezó a comer las galletas y aunque sintió un sabor extraño, como a tocino en ellas, no reparó demasiado y continuó comiendo. No obstante, después de ingerir varias, se dio cuenta que el sabor no era normal, entonces fue cuando vio el paquete y se dio cuenta que efectivamente eran galletas de fruta y miel pero para perro, no para consumo humano.
Tal fue su sorpresa y molestia con la cadena de supermercados por ubicar productos de perritos con productos para humanos que decidió grabar un vídeo contando rápidamente lo que le sucedió y advertir a otros para que sean más cuidadosos con lo que comen.
Lean bien, antes de comer, es su consejo.
Mira en el vídeo a continuación a él mismo explicando lo sucedido: