Tanto tiempo frente a las pantallas está haciendo a los chicos más gruñones y perezosos

Las cifras alarman a expertos de todo el mundo.

Los médicos, los padres y los docentes observan cada vez con más intranquilidad el aumento de trastornos emocionales y mentales en los chicos y adolescentes, lo que les lleva a preguntarse qué está sucediendo en realidad, ya que los tratamientos convencionales para tratar este tipo de patologías parece no estar dando ningún resultado.

Cada vez son más los niños que llegan a los consultorios de los médicos especialistas porque presentan síntomas de depresión crónica, TDA, hiperactividad, falta de control de la ira, problemas de comportamiento, trastorno del sueño y ansiedad.

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Eso, sin contar a los que acuden por obesidad, diabetes, túnel carpiano. problemas de visión y atrofia muscular.

En todos los casos los tratamientos que se usan para intentar curarlos o reducir los síntomas son los convencionales, pero por alguna razón estos dejan cada vez más de funcionar, lo que lleva a todos a preguntarse qué están pasando por alto o qué pueden tener en común todos estos trastornos.

Pues bien, la respuesta, según investigaciones realizadas, sería el excesivo uso de dispositivos electrónicos. El tiempo que un chico o un adolescente promedio pasa sentado frente a su computadora, utilizando su teléfono o jugando vídeojuegos es tal, que está ocasionando una serie de problemas en la salud física y mental de este grupo poblacional que preocupa a expertos de todo el mundo.

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Los chicos se sienten incapaces de salir a jugar a la calle, sienten ansiedad y ataques de pánico, no pueden dormir, les cuesta moverse, son groseros, alteneros y en ocasiones agresivos y no logran socializar con éxito.

Según la psicóloga Victoria L. Dunckley, la solución está es someter a los chicos y adolescentes a una especie de desintoxicación paulatina de la tecnología. Tranquilos padres no se asusten, no quiere decir que los jóvenes dejen de usarla de manera permanente ni absoluta.

Se trata de ir reduciendo poco a poco, de manera muy lenta y progresiva, el uso de todos los dispositivos electrónicos para que tengan la oportunidad de regular sus funciones físicas y psicológicas. Si tienen más tiempo para usar su mente de manera creativa, si tienen más tiempo para dormir y el aburrimiento de estar en casa sin hacer nada los impulsa a salir al exterior se logrará casi que curar todas o al menos gran parte de las patologías señaladas anteriormente.

La idea es llegar a un momento en que estén suspendidos los dispositivos al cien por ciento, manteniéndolos un periodo determinado sin acceso a ellos. Luego se les devolverán los artefactos, pero con compromisos y pautas para que el uso de los mismo sea completamente regulado en función de que no aparten otras actividades de su diario vivir.

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Si deseas consultar más información al respecto, puedes hacerlo en los escritos de la Dra. Victoria L. Dunckley.