A esto se suma la advertencia de que los fumadores tienen más probabilidad de sufrir complicaciones con el Coronavirus, así que este es un buen momento para dejar el cigarrillo.
El sistema respiratorio es uno de los más complejos y frágiles del ser humano y es precisamente allí, en las vías respiratorias bajas, donde ataca el virus que hoy tiene en jaque a la humanidad. Pulmones, tráquea y bronquios son los más afectados por el Coronavirus, sin embargo, a esto se le suman más problemas por otra enfermedad moderna que se ha intentado combatir durante mucho tiempo: el tabaquismo.
Un hábito que impacta en todos los sistemas.
El cigarrillo, como lo conocemos hoy en día, surgió en el siglo XIX cuando se buscaba una forma más efectiva y rápida de consumo del tabaco. Casi un siglo después, investigadores y equipo médico alrededor del mundo empezaron a publicar estudios que hablaban de su impacto en la salud, a pesar de esto, ninguno fue tenido en cuenta debido a las múltiples ganancias que la industria generaba a la economía mundial.
Los impactos son catastróficos para el sistema respiratorio y aunque no somos expertos, casi todos los conocemos: daño profundo de los pulmones que se va agravando con el tiempo así como la disminución de la capacidad de este órgano, menor rendimiento físico, tos crónica, mayor riesgo de infecciones por virus y bacterias, disminución de paso de aire, entre otras. Durante los últimos años han surgido otras alternativas que buscan reemplazar la forma común del producto, entre ellos los cigarrillos electrónicos, sin embargo, la salud pulmonar, en cualquiera de los casos, sigue viéndose afectada con todos los métodos que incluya la entrada de humo por vías respiratorias.
Robando el aire.
Desde noviembre de 2019 cuando el virus se empezó a gestar en China, sin que nadie lo supiera, lo único que se tenía claro era un síntoma común entre algunos enfermos: neumonía. Hoy, cuando conocemos cómo actúa el Coronavirus, conocemos sus efectos y ha sido estudiado de manera rigurosa por sociedades científicas y de medicina, podemos decir que el cigarrillo y esta enfermedad tienen más similitudes de las que imaginamos, ambas afectan la capacidad pulmonar a tal punto de quitar el aire, ambas se aprovechan de un sistema inmune deficiente que, de no ser cuidado, puede llevar a consecuencias fatales.
A pesar de todo esto, las recientes investigaciones también han podido esclarecer que el consumo de cigarrillo impactaría en la llegada del virus. En parte, el fumador tiene un sistema inmune muy debilitado que lo hace propenso al fácil contagio de COVID-19 y además, puede llegar a afectar a sus cercanos en caso de ser encontrado positivo.
¿Por qué? Quienes aspiran el humo de un fumador, a quienes se les conoce como fumadores pasivos, están inhalando una fumarada proveniente del sistema respiratorio de quien fuma, por consiguiente, de ser un paciente infectado, este humo puede transportar las gotículas que portan el virus. Un resultado que podría ser devastador para quienes rodean a la persona.
Sí, en efecto, si lo que sale del aparato respiratorio del paciente (que tiene coronavirus) es lanzado a las vías respiratorias de la persona que está enfrente, existe un riesgo. –Escribe el doctor Serge Smadja, secretario general de SOS Médecins en France Info, radio pública de Francia.
Es el momento indicado para abandonarlo.
Todo en esta crisis se trata de empatía y de pensar en la salud, aunque el discurso ha sido repetido incontables veces, es momento de dejar un producto que solo trae consecuencias tóxicas para la salud en cualquier contexto. Es fácil para nosotros decirlo y sabemos que requiere de una fuerza de voluntad de acero.
Sin embargo, ante la situación crítica que vive el planeta es de vital importancia pensar en nuestro bienestar y en el de todos los que nos rodean. La vida se va en un suspiro, procuremos que este no sea el último nuestro, guardemos las precauciones necesarias y evitemos exponer a nuestro organismo a situaciones alarmantes.
Fuentes: CNN, La Vanguardia