Bebés ingieren más de 1 millón de partículas de microplástico por los biberones

O sacamos el plástico de nuestras vidas o nos enterrará vivos.

En un momento donde nos preocupamos cada vez más por lo que ingerimos y lo que le damos a nuestro cuerpo, los científicos han decidido dedicarle cada vez más energía y tiempo a las investigaciones sobre este tipo de temas, especialmente cuando se trata de niños o bebés que están más expuestos a sufrir enfermedades a futuro. 

EP

En ese contexto, científicos de diferentes institutos localizados en China e Irlanda, lanzaron una alerta mundial a lo que se considera una ingesta descomunal de uno de los grandes males de los tiempos modernos: el microplástico, partículas casi imperceptibles que entran a nuestro cuerpo con mucha facilidad por medio de productos de los cuales no sospechamos que contengan el perjudicial material.

Las víctimas de este nuevo suceso: los infantes lactantes.

El estudio realizado por este grupo de científicos fue publicado el 19 de octubre en la prestigiosa revista Nature y tiene como foco central a los bebés lactantes que están en edad de usar un biberón. La motivación para realizar esta investigación estuvo impulsada por un hecho muy simple: según la propia revista, uno de los compañeros de laboratorio decidió preparar sopa instantánea en un recipiente de plástico y, cada vez que añadía agua caliente empezaron a notar las millones de partículas de microplástico que se desprendían. 

La angustia de todo el equipo fue en aumento cuando se dieron cuenta que el recipiente en temperatura ambiente no tenía ningún rastro de estas partículas, por lo cual, empezaron a investigar cuál era el material de composición de este recipiente plástico, encontrando polipropileno como el mayor componente.

La preocupación proviene precisamente del constante uso de este derivado para empaques de comidas, recipientes de agua, envases para calentar en microondas y, finalmente, biberones para bebés. 

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En medio de todo el estudio y su exhaustiva investigación por determinar el riesgo, el equipo encontró que el 83% de la oferta mundial de biberones contenía el material como su principal componente, por esta razón y por el riesgo que trae la ingesta en bebés, se concentraron en dar un estimado de partículas que puede llegar a consumir. En el proceso, siguieron las recomendaciones para esterilizar un biberón y preparar fórmula y, al introducir el agua caliente, encontraron 16 millones de microplásticos expulsados. 

Entre más caliente estaba el agua al momento de realizar las pruebas, más cantidad de estos pequeños residuos se alojaban en el biberón, por lo cual, se cree que un bebé puede llegar a introducir a su cuerpo muchos más microplásticos que alguno de nosotros en sus años de crecimiento. 

No es necesario ser alarmistas pero hay que tener precaución.

Aunque las conclusiones pueden llegar a ser aterradoras para los padres con pequeños, el equipo también resalta que no tratan de ser alarmistas con su descubrimiento, en especial cuando aún no hay estudios certificados que demuestren las consecuencias del consumo de microplásticos para el cuerpo humano, sin embargo, sí recomiendan que se tengan medidas preventivas y se trate de estar alejado lo más posible de este fenómeno.

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Algunas de sus recomendaciones incluyen usar menos biberones de plástico y, de ser estrictamente necesario, esterilizarlos con agua fría y limpia y preparar la fórmula en lugares diferentes al envase directo, dejando que la leche se enfríe un poco para pasarla a los biberones, pero, en especial, tratar de no recalentar en dispositivos como microondas.

Los más pequeños también deben ser cuidados de toda la invasión de plástico.

Fuentes: Nature Food, Science Alert.