Este abuelito ha juntado 400 mil dólares para un orfanato reciclando por 32 años

«Mientras mi salud se mantenga yo seguiré haciendo esto por los niños»

Johnny Jennings tenía 18 años de edad cuando una visita a un orfanato cambió por completo su visión de la vida y le dio un noble propósito que regiría sus acciones por las siguientes tres décadas.

El comienzo de una vida inspiradora.

Pertenecientes a la Iglesia Bautista de Georgia, los padres de este hombre lo invitaron, desde que era un niño, a que participara en las actividades que la institución organizaba, una de ellas, cuando era adolescente, consistió en visitar un orfanato que estaba bajo el cuidado y la protección de dicha Iglesia.

Familia Jennings/ABC-News

Cuando Johnny llegó al lugar pensó que la actividad transcurriría de manera más bien predecible, pero cuando la comitiva estaba a punto de marcharse, tres niños muy pequeños se acercaron a él y se aferraron a su pantalón, pidiéndole que por favor los adoptara.

Este hecho marcó profundamente al joven y ese día se prometió jamás olvidar a aquellos niños, a partir de allí ni un sólo momento dejó de esforzarse por brindar lo que estuviera en sus manos al orfanato de la Iglesia.

El reciclaje llega a su vida para ayudarlo a cumplir su misión.

Al comienzo el señor Jennings guardaba parte de sus ahorros o su sueldo para donarlo al hogar de niños, pero en cierto momento un concepto nuevo sobre aprovechar las basuras, llegó a su vida, se llamaba reciclaje.

Familia Jennings/Wdef

La idea le atrajo, porque a través del re-aprovechamiento de lo que consideramos que ya no es útil, se podía lograr varios propósitos: por un lado los materiales reciclables tenían un valor económico, lo cual le podría permitir juntar dinero extra para donarlo al orfanato; y por otro lado estaba ayudándole al planeta para que dichos residuos no llegaran a los océanos o vertederos a aportar con la contaminación.

Shay Drennan-Love/Today

Fue así como se apasionó con la actividad de reciclar. Desde esa época no ha descansado ni un día de recoger cartones, latas de bebidas, botellas de plástico, papel y partes de electrodomésticos daños o en desuso.

Es tan disciplinado y sus fines tan loables que luego de unos años se ganó el cariño y reconocimiento de su comunidad que juiciosamente clasifican y guardan sus desperdicios para que Johnny pase semanalmente por ellos.

Para sus amigos, vecinos y colegas, este hombre es una verdadera inspiración.

No obstante, el gentil hombre considera que lo que hace no tiene merito alguno pues ama caminar mientras recicla y durante el tiempo de niñez y juventud de su único hijo, Brent, lo hicieron juntos, convirtiendo esta actividad en un valiosísimo espacio de padre e hijo.

Cientos de niños agradecen su generosidad y compromiso.

Luego de tres décadas reciclando y haciendo puntuales donaciones al orfanato el señor Jennings ha donado más de 400.000 dólares, asegurando con ello siempre un plato de comida para niños que lo único que tienen en su vida es ese hogar de la Iglesia que les abrió sus puertas cuando se supieron solitos en el mundo.

El director del hogar, Kenneth Z. Thompson, considera a este hombre como un ejemplo de vida y en una ceremonia que la Iglesia organizó para agradecerle una vida de ayudas, le dedicó unas sentidas palabras que resaltan su compromiso y generosidad para con su comunidad y en general para cualquier ser humano que se cruce en su camino.

Siempre he admirado su espíritu tranquilo y humilde, su compromiso de ayudar a los demás y, sobre todo, su amor por los niños a nuestro cuidado. Somos bendecidos de tener a alguien de su carácter dedicado a servir en nuestro ministerio. – Manifestó el director de Georgia Baptist Children’s Homes & Family Ministries.

Familia Jennings/ABC-News

Por su parte, su hijo, Brent Jennings, dice que siente muy orgulloso de su padre, pues lo considera la mamá y el papá de muchos niños que no tuvieron la fortuna de tener un hogar.

Pero este hombre, lejos de desear aplausos y ovaciones, insiste en que todos dejen de hacer mención de sus actos, porque él considera, en primer lugar, que no ha hecho nada resaltable y en segundo lugar porque no le gusta llamar la atención, sólo desea seguir caminado con su carrito de reciclaje e ir todos los jueves en la tarde junto a su esposa a cantar al asilo de ancianos.

Familia Jennings/ABC-News

Un hombre que nos da a todos una lección hermosa de generosidad y humildad.

Fuente: Abc News.