Héroe motorizado salva a un joven que pretendía saltar de un puente en Moscú *

Podríamos decir que era imposible dar la vuelta allí, que si hubiéramos visto al joven con suficiente tiempo para alcanzar a detenernos lo habríamos ayudado, que lo más prudente es avisar a la policía para que ellos se hagan cargo del asunto, etc. Si el motociclista hubiera pensado así, una vida, la vida de este joven, se habría perdido.

Afortunadamente él no fue indiferente, regresó tan rápido como pudo y se aseguró de situarse en un punto donde el joven lograra verlo y allí comenzó a llamar su atención. Como pudo, paró el tráfico y sin dejar de hablarle, lo invitó a que se detuviera, a que no saltara y le dijo algo simple pero que refleja las pequeñas cosas que tiene la vida y que la convierten en lo maravillosa que es, le dijo que fueran a dar un paseo en su moto.

Es increíble pero algo tan simple como sentir el aire sobre el rostro, parar un momento de pensar y entregarse a las sensaciones, pueden hacer que el peor de los estados de ánimo se transformé en felicidad y agradecimiento por poder estar viviendo aquello.

Al principio el joven del puente no cedía, pero el motociclista no se dio por vencido y siguió insistiendo hasta que por fin logró que retrocediera y se bajara de la baranda de la que penosamente se sostenía.

Le pidió que lo esperara allí, mientras daba la vuelta para poder subir por el puente, al cabo de unos instantes el motociclista se reunió con el joven, lo encontró con lágrimas en los ojos, pero en vez de arrinconarlo con cuestionamientos sobre sus intenciones, siguió invitándolo a dar un paseo y con delicadeza le preguntó para dónde iba. Fue entonces como el motociclista se enteró de la triste historia que había detrás de las acciones del joven.

Este le contó que se dirigía hacía el funeral de su madre, más tarde, le confesó que al saber que se había quedado solo en el mundo, que la única persona que se preocupaba por él, que lo cuidaba y que lo amaba se había ido para siempre, simplemente se quebró y sintió que ya no había otra salida, por ello había subido al puente y estaba dispuesto a dar el último paso, pero entonces lo había visto, había visto un hombre haciéndole señas abajo e invitándolo a dar un paseo en su moto.

El joven le cuestionó por qué se había detenido, ese hecho le llamaba mucho la atención, si no se conocían, si nunca antes se habían visto qué le importaba a él su destino?

El motociclista le dijo que el hecho de que no se conocieran era irrelevante, que toda vida era valiosa y que si se sentía solo a partir de ese día podrían ser amigos y salir de vez en cuando a dar un paseo en su moto.

El joven estaba notablemente confundido con las acciones del motociclista, pero lamentablemente el choque de la muerte de su madre lo tenía emocionalmente inestable y pese a los esfuerzos del hombre de la moto, intentó escapar dos veces del lugar. Para ese momento ya otras personas se habían detenido y acompañaron también al chico hasta que llegó la policía.

Luego de ver los intentos de huida del joven no hubo otra opción que llevárselo en una patrulla para asegurar que recibiera atención médica y la situación del puente no se repitiera.

Fue así como las acciones desinteresadas de un héroe salvaron una vida aquella noche y hay quienes, y me cuento entre ellos, piensan que fue el amor de su madre que desde el cielo le susurró al motociclista que mirara hacía arriba al puente e introdujo en su corazón la resolución de ayudar al joven.

Cuando las madres se han ido de este mundo, siempre encuentran la forma de enviar ángeles para ayudar a sus hijos, ellas nunca nos dejan solos.