Las células madre le devolvieron sus brazos a un joven con parálisis total

Los tratamientos con células madres comienzan a mostrar de lo que son capaces.

La noche del 6 de Marzo un chico de 21 años de edad, llamado Kristopher Boesen, iban conduciendo a casa cuando debido a una acumulación de agua en el suelo, perdió el control de su automóvil y se estrelló contra un árbol. El choque fue muy fuerte y aunque el joven logró sobrevivir al impacto, su columna vertebral sufrió una lesión de gravedad.

De inmediato fue trasladado al hospital e intervenido quirúrgicamente. Una vez terminada la cirugía efectuada de emergencia, los médicos se mostraron pesimistas sobre el pronostico del chico.

Keck Medicine of USC

 

En un abrir y cerrar de ojos mi vida cambió radicalmente.

Las noticias que les dieron en el hospital de Los Angeles a los familiares de Kristopher no eran buenas pues la lesión sufrida en su columna había afectado la conexión nerviosa del cuerpo con el cerebro, dejándolo tetraplejico, es decir, que no podía mover su cuerpo del cuello para abajo.

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Además tenía que usar un respirador artificial pues sus pulmones no funcionaban por si mismos. El daño equivalía a pasar el resto de su vida limitado a estar tendido en una cama la mayor parte del tiempo y a valerse del cuidado de los demás para llevar a cabo hasta la más mínima función diaria.

La situación entristeció a todos pues él era un joven muy activo, con toda su vida por delante y la nueva condición iba a reducir sustancialmente sus posibilidades de desarrollarse satisfactoriamente como un individuo normal.

Pero entonces cuando la vida de este joven parecía haber dado el más cruel de los giros, una pequeña luz aparece en el horizonte.

Un tratamiento experimental se presenta como la única salvación.

EL doctor Charles Liu, uno de los médicos que estaban llevando el caso de Kristopher, tras una semana de trascurrido el accidente, le dijo a él y a sus padres que si bien su panorama era critico, algunas características, como el ser tan joven, tener un buen estado de salud y haber sufrido la lesión hacía menos de 30 días, lo hacían apto para recibir un tratamiento que estaba en fase experimental que tal vez lo podría conducir a recuperar la movilidad de algunas de las partes de su cuerpo afectadas en el accidente.

La idea era tentadora, pero por supuesto al no ser una práctica médica ya establecida y probada conllevaba ciertos riesgos, sin embargo, el joven pensó que su condición actual era tan precaria que suponía una mejoría intentarlo y ganar algo tan valioso como poder volver a moverse que por temor condenarse a permanecer el resto de sus días en cama dependiendo de los demás para subsistir.

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Así que en consenso con sus padres decidieron probar el tratamiento experimental propuesto por los médicos.

Las células madres le dieron una segunda oportunidad.

El tratamiento consistía en suministrarle una inyección a Kristopher con 10 millones de células AST-OPC1 modificadas a partir de células madre, en su columna por medio de un procedimiento quirúrgico, estás células son las encargadas de regular el óptimo funcionamiento del sistema nervioso, tanto en el cerebro como en la columna misma.

1 semanas después de realizada la cirugía, el respirador artificial fue retirado, pues sus pulmones comenzaron a trabajar normalmente, a las dos semanas empezó a mostrar cierta capacidad de movimiento en sus extremidades superiores y tres meses después ya era capaz de levantar una pesa con sus dos brazos, podía utilizar su teléfono celular, manejar la silla de ruedas y escribir su nombre.

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La mejoría fue sustancial y aunque el chico no puede caminar, el recuperar la movilidad de sus brazos le permite ser una persona mucho más independiente de lo pronosticado inicialmente.

Todo lo que he querido desde el principio es la posibilidad de luchar. Si hay una opción de que vuelva a caminar de nuevo haré todo lo posible para conseguirlo, – comentó Kristopher en una entrevista que le hicieron.

Cada vez más la medicina encuentra en las células madre la respuesta a muchas de las enfermedades y problemas de salud que enfrentamos actualmente, esperamos la ciencia continúe desarrollando métodos para mejorar la calidad de vida de las personas.

Marissa Hernández/Keck Medicine/USC

Fuente: Keckmedicine.