Francia obliga a supermercados a regalar comida que desperdician a quien la necesite

Por favor que todos los países imiten a Francia.

No es justo que en un mundo donde el hambre existe la comida sea desperdiciada, no es justo que el sacrificio de tantos animales termine arrojado en un basurero y no es justo que el daño causado al medio ambiente por la industria de los alimentos no sirva de nada, el desperdicio de comida en nuestro mundo es imperdonable.

Hoy aplaudimos a Francia por ser pionera y ejemplo mundial en el aprovechamiento solidario de la comida que los supermercados descartan.

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Una ley que siempre ha debido existir.

Es un hecho que la idea de repartir la comida entre los que la necesitan en lugar de arrojarla al basurero parece ser algo más que obvio, pero la realidad es que se necesitó de una ley nacional para que los supermercados empezaran a implementar procesos para que antes de descartar la comida que por alguna razón ya no pueden vender fuera donada a organizaciones de caridad o bancos de alimentos y así las personas sin recursos pudieran hacer uso de ella.

Cabe resaltar que la Ley no incluye los alimentos vencidos, sólo hace referencia a aquellos que hayan sido descartados por las tiendas al no cumplir con los estándares mínimos de venta, como por ejemplo una afectación menor en el empaque, pero que todavía puedan ser consumidos.

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Aunque el senado francés tiene merito al haber legislado en este sentido, esta ley no fue iniciativa del gobierno ni de las grandes compañías y mucho menos de los mismos supermercados, fue el resultado de la presión de los ciudadanos que no una, sino varias veces, se movilizaron en protestas pacíficas lideradas por activistas para pedir que sus representantes regularan el desperdicio de comida que existía en su país.

Aunque este no es un problema exclusivo del país galo, para nada, de hecho es una situación recurrente en todas partes del mundo, si es sobresaliente que sea el primero en sentar un precedente en el tema.

Algunos datos alarmantes.

Los francés comprendieron que en el mundo se desperdicia tanta comida que si la reuniéramos podríamos alimentar a todas las personas que sufren hambre en todos los países del globo terráqueo.

Para no ir tan lejos y tomar el viejo continente de ejemplo, según cifras de la Comisión Europea existen 79 millones de personas en el mundo que viven por debajo del umbral de pobreza, cuya alimentación es más que deficiente, paralelamente en los países de la Unión Europea se desperdicia 100 millones de toneladas anualmente, es decir, que en un año podríamos darle más de una tonelada de comida a cada una de las personas pobres del planeta, en lugar de arrojarla al basurero.

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Así de simple es el tema de la equidad, palabra tan enlodada por los oscuros intereses de quienes desean perpetuar la brecha entre pobres y ricos en el mundo.

El cambio comienza en casa.

Si bien el primer paso para lograr que la repartición de la comida sea equitativa y justa es obligar a las tiendas surtidoras de alimentos a que regulen sus procesos tanto de venta como de transporte para que haya menos desperdicio, pero que en el caso de que este exista, no se bote sino que se done a los necesitados, también nosotros mismos en nuestros hogares podemos tomar acción, comprando sólo lo que vayamos a consumir y en el escenario en que algo nos sobre, antes de que los alimentos se venzan, dárselo a una persona que le puede venir bien una ayuda inesperada.

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Piensa que siempre hay alguien con hambre, incluso puede ser un perrito o un gatito sin hogar que agradecerá que le des tu comida en lugar de que la botes al basurero, donde a veces tienen que husmear para encontrar algo que les provea la energía que todos los seres vivos necesitamos para existir.

Fuente: 20Minutos.