Su mamá los abandonó y con sólo 11 años cuidó de sus hermanitos durante meses

Cuidaba y alimentaba tan bien a sus hermanos que nadie se había dado cuenta del abandono de la madre.

Cada día estoy más de acuerdo con la idea de que convertirse en padre debería ser algo que se gana demostrando la capacidad de asumir la responsabilidad que ello conlleva, tal vez así se evitaría tanto dolor y sufrimiento a los niños, las inocentes víctimas que terminan llevándose la peor parte cuando los adultos que los trajeron al mundo se dan media vuelta y los olvidan, dejándolos solos a la deriva en un mundo que engulle a los débiles e indefensos sin ningún tipo de contemplación.

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Juan Pablo de 11 años de edad y sus tres hermanitos son colombianos y habitan en la ciudad capital del país, Bogotá. Como muchas de las ciudades latinoamericanas esta es una ciudad de contrastes, donde se puede encontrar grandes restaurantes, sectores exclusivos, una escena cultural maravillosa pero también barrios enormes donde las personas viven en un nivel de pobreza absoluto. Y como la pobreza siempre conlleva abandono y violencia una vez más fueron niños inocentes los que tuvieron que pagar con gran tristeza las acciones de una madre que los dejó atrás.

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Aún se desconocen las razones de porque la mamá de estos cuatro pequeños los abandonó, sólo se sabe que un día les dijo que no volvería, cruzó la puerta de su hogar sin reparos y partió para jamás regresar. En cuanto al padre, nunca estuvo allí para ellos, se fue hace muchos años.

Los niños quedaron solos y a la deriva, al principio todo fue muy difícil, los niños dicen que no sabían qué hacer, sólo esperaban y miraban hacía la puerta atentos para el momento en que su madre regresara. Pero eso nunca pasó. Poco a poco el hambre se fue apoderando de su mente, los más pequeños lloraban sin parar, la situación era desesperante… fue entonces cuando Juan Pablo, el mayor, no aguantó más y supo que debía actuar. Con sus escasos 11 años edad recogió el coraje que a tantos adultos les hace falta, se puso una maleta al hombro y salió a buscar qué comer, pero no sólo para él, para sus hermanos también.

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Su principal objetivo era llevar a casa la comida que todos tanto necesitaban y anhelaban, él no iba a permitir que sus hermanitos pasaran hambre, a partir de ese momento se haría cargo, siendo un niño, de otras tres vidas y demostraría que la edad no tiene nada que ver cuando se trata del surgimiento de un héroe.

Muchas personas de su comunidad no sabían lo que estaba pasando, pero un día una vecina alertó a las autoridades, quiénes se desplazaron a la casa donde los cuatro niños vivían y corroboraron que estaban totalmente solos, pero en buen estado, bien alimentados y sanos, Juan Pablo había hecho un gran trabajo cuidando de ellos.

Actualmente los cuatro niños están bajo el cuidado de bienestar familiar y se entiende que los darán en adopción. Esto debe angustiar a Juan Pablo pues la separación es evidente, esperamos de todo corazón que en el instituto que está a cargo los traten bien y que finalmente encuentren un buen hogar, porque de lo contrario no habrá valido todo el esfuerzo de este gran niño, de este héroe.

Mira en el vídeo a continuación más detalles de cómo esta triste pero a la vez inspiradora historia salió a la luz y luego de verlo permítete un instante de reflexión para agradecer por todo lo que se nos ha dado y para pedir a los cielos que nunca otro niño tenga que pasar por una situación tan extrema.

Juan Pablo conmueve el corazón, pensar en un pequeño haciendo todo lo que él hizo para cuidar de sus hermanitos y sin ni siquiera dejar de ir a la escuela es tan duro pero al mismo tiempo hace que quieras abrazarlo y decirle que nos perdone por construir una sociedad en donde un niño tiene que asumir el rol de un padre y pedir limosna y comida regalada con tal de amparar a sus hermanitos pero que valoramos su esfuerzo, valentía, integridad, tenacidad e infinito amor.

No olvides compartir su historia, él merece el reconocimiento y admiración de todos nosotros.

Fuente: Primer Impacto