Trillizas abandonadas por sus padres caminaban solitas kilómetros para ir a la escuela

Se llenaron de una extraordinaria fuerza para lograr salir adelante.

Haley, Kassidy y Sierra son una verdadera muestra de superación y una lección para el mundo de lo que sucede cuando en lugar de juzgar y aislar, nos preocupamos por entender qué hay detrás de la historia de aquellas personas que se muestran problemáticas o rebeldes, dándonos y dándoles la oportunidad de cambiar sus vidas para siempre.

El camino de estas tres niñas comenzó de forma muy dura, pero nadie lo supo en un principio, se necesitó de personas verdaderamente interesadas para descubrir su triste pasado. Lo único que veían sus compañeros y algunos de los maestros de la Valley High School en Las Vegas era su nociva actitud.

Las trillizas se apartaban, sólo hablaban entre ellas, mostraban total desinterés por las clases, no cumplían con sus deberes escolares y parecían desafiar todo tipo de autoridad. Ante este escenario lo que hubieran hecho muchos maestros es continuar nutriendo el ciclo de rechazo y rebeldía en el que las niñas habían vivido toda su vida.

Pero afortunadamente este no fue el camino por el que optó el personal de Valley High School, quienes de inmediato identificaron que Haley, Kassidy y Sierra simplemente eran víctimas de un entorno difícil que las obligaba a comportarse de tal manera. La cuestión era lograr llegar a ellas para entender la gravedad de su situación y así poder ayudarles.

Los maestros hicieron uso de los programas que tenía la escuela para asistir a estas chicas, primero con apoyo psicológico, luego con trabajadores sociales que hicieran un mapa del entorno de las tres niñas.

Al principio para las trillizas no fue fácil confiar, pero poco a poco se fueron refugiando en los programas de apoyo y fue así como lograron encontrar una salida a la difícil vida que les tocó vivir. Una vez el personal se ganó su confianza las niñas les contaron como había comenzado todo.

Narraron que al nacer su madre había fallecido y su padre había sido encarcelado días después, en ese momento se quedaron sin nadie que las cuidara. Fueron entregadas a su abuela quien las recibió de mala gana y nunca les proporcionó demasiados cuidados. Desde ese momento empezaron a aprender a cuidarse solas.

La abuela además creía que la escuela no tenía ninguna importancia por lo que no las dejó asistir sino hasta los ocho años de edad.

Al poco tiempo el padre salió de prisión y se las llevó a vivir con él, se mudaron a Las Vegas. Pero una vez más en lugar de encontrar un hogar digno donde crecer, se vieron de nuevo solas y descuidadas.

El hombre las abandonaba por semanas enteras y en ocasiones incluso por meses, hasta que un día hubo un tiroteo enfrente de la vivienda y cuando la policía llegó y las halló solas, las remitió a cuidados estatales donde contactaron a su otra abuela para que se hiciera cargo de ellas.

Esta vez no tuvieron mejor suerte, nuevamente vivieron el rechazo y el abandono. Sabían que sólo se tenían a si mismas y por ello era lo único en que confiaban. Tuvieron que trabajar y asistir a la escuela, les tocaba caminar largas jornadas, no tenían ropa que vestir y vivían con hambre.

Así pasaron su adolescencia. Al ver su comportamiento rebelde y desafiante, la escuela se preocupo por ellas, les brindó apoyo y les dio la oportunidad de cambiar sus vidas, integrándolas a un programa institucional de apoyo a los jóvenes con hogares problemáticos.

Aunque las buenas acciones no siempre logran conducir a algo bueno o exitoso, en este caso si ocurrió. Haley, Kassidy y Sierra se aferraron al estudio, cambiaron completamente su actitud, se volvieron menos prevenidas y con valentía asumieron el reto de estudiar y lidiar con sus condiciones de vida.

No sólo mejoraron su notas, se volvieron excelentes estudiantes y lejos de tomar un mal camino participaron en todas las actividades que les permitían volverse mejores personas. Siguieron juntas dándose todo su apoyo.

Pero su conmovedora historia trascendió las fronteras de su escuela y muchas personas la conocieron y así se formó un movimiento increíble para apoyarlas en la nueva etapa que deberían emprender ahora que su graduación llegó.

Mira en el vídeo a continuación los increíbles regalos que recibieron estas trillizas de diferentes personas y asociaciones con el ánimo de apoyarlas para que ingresen a la universidad y saquen adelante sus carreras.

Fuentes: kiwireport, Inspiremore, News3lv.