Abuelito toma clases desde la calle asomado en la ventana de una escuela

Nunca es tarde para empezar a aprender.

La educación es, sin lugar a dudas, uno de los factores que más aporta al desarrollo y el progreso individual y de la sociedad en general, siendo entonces esta uno de los principales ejes de construcción de los seres humanos. Pero, ¿qué sucede cuando alguien no puede acceder a este fundamental derecho?

El país

Olvidados por el sistema.

Son varios los países en vía de desarrollo que han dejado por fuera del sistema educativo a una buena parte de su población, Filipinas entre ellos. A pesar de que este país tiene una de las economías más poderosas del mundo, paradójicamente no ha solucionado la desigualdad social y la deserción escolar a causa de la pobreza.

Como ejemplo de ello, encontramos la historia de este señor, quien muy seguramente fue parte de esta gran brecha social que afectó a dicho país hace un par de décadas.

Un alumno ejemplar.

Con lápiz en mano y un cuaderno sobre la otra, este señor a diario asiste por la ventana a una escuela en Filipinas, donde atiende con especial atención todas las instrucciones del profesor y de vez en cuando se ríe de los chistes que hacen los que él considera como sus compañeros de clase. Ni la incomodad de estar de pie, ni el ruido de la calle, han hecho que este hombre se pierda las clases a las que siempre llega con puntualidad.

Aunque no está matriculado, ni tiene un carnet que lo acredite como estudiante de la institución, el señor no desaprovecha ninguna oportunidad para aprender cosas nuevas. Siempre se ha visto muy atento en las clases, incluso trata de escribir tan rápido como le es posible en el cuaderno, pues seguramente no quiere atrasarse y mucho menos copiar a medias la tarea.

Su profesor y sus compañeros ya saben que diariamente él estará ahí, en la ventana, pero su historia es mucho más complicada que la lectura inicial que nos deja la conmovedora imagen, famosa ya en redes sociales de todo el mundo.

Una compleja historia tras la conmovedora imagen.

Todo comenzó cuando cierto día su presencia a las afueras del salón de clases fue notada y esta conmovió al profesor Jun de los Santos. Su aspecto un poco abandonado hizo que el maestro pensara en que era un habitante de calle, por lo que el día que se animó a revisar su cuaderno, decidió llevarle un poco de comida. Cruzaron un par de palabras y a partir de allí se forjó una sutil pero entrañable relación del señor con el resto de la clase, el maestro incluido.

Entonces, mientras estaba en clase, creí sentirlo. Sentí a alguien en la ventana. Y se escondía. Todos los días aparecía copiando lo que se veía en la pantalla. Buen trabajo hermano – Escribió el profesor Jun de los Santos en su perfil de Facebook.

Sin embargo, el maestro se dio cuenta que el caso era más complicado de lo que suponía pues aunque el señor estaba feliz de mostrar lo que había hecho y aprendido, cuando el profesor revisó el cuaderno sintió tristeza, ya que varias paginas de aquel cuaderno en el que había escrito durante días, estaban lleno de garabatos ilegibles, lo que demostraba claramente que no sabía leer ni escribir.

Claramente, el señor tenía dificultades intelectuales.

No obstante, el maestro en ningún momento dejó de valorar el gesto del hombre de querer aprender y lamentó que el sistema de su país deje por fuera a tantas personas, que al margen de su condición económica e incluso mental, desean aprender genuinamente.

Un país que se puso al corte de la educación.

Debido a la pobreza, los temas políticos y los distintos conflictos que tuvo Filipinas durante varias décadas, para muchos niños y jóvenes fue imposible acceder a la educación, por ello durante un largo periodo tuvieron cifras de alfabetización muy bajas y fue solo hasta inicios del año 1863 que la educación primaria fue gratuita y a finales del mismo año obligatoria. Lamentablemente todas la personas que habían nacido décadas atrás, no pudieron gozar de aquel privilegio.

Mi Diario

Aunque el país logró en ese momento un avance significativo en el tema educativo, fue mucho tiempo después, hasta 1988 que la educación secundaria también se convertiría en gratuita.

Luego de aquel significativo suceso en la historia del país, las cosas fueron progresando notablemente, las cifras de niños inscritos en las escuelas aumentó y la educación empezó a verse con la importancia que se merece. Poco a fueron haciendo más escuelas tanto publicas como privadas y por fortuna de muchos pequeños ahora el Estado invierte en enseñanza alrededor de 2.5% del Producto Interno Bruto del país.

La educación, es el instrumento que nos permite adquirir conocimientos, valores y desarrollar habilidades para nuestro diario vivir, aunque fue negada para muchos en este país, actualmente existe la conciencia de miles de personas de aprovechar la oportunidad de aprender y prepararse, de esto da fe, no solo el caso del señor que toma clases desde la ventana del salón, sino también esta conmovedora imagen en la que se ve a un niño estudiando en la calle, aprovechando la luz de un reconocido restaurante para hacer sus deberes.

Fuentes: TheSummitExpress