Celebraron su amor en el mismo lugar donde todo comenzó 75 años atrás

Ella tiene 94 y el 95, hoy le quieren decir al mundo que el amor existe en su 75 aniversario.

Ya han pasado muchos años desde aquel 12 de abril de 1944 cuando en la iglesia de St Michael’s CE, Jim e Irene Richardson contrajeron matrimonio. El paso del tiempo, lejos de separarlos, se constituyó en una prueba que la pareja superó con gracia, elegancia, amor y humildad. Hoy con gran orgullo, luego de 75 años de casados, renovaron sus votos en el mismo lugar donde 7 décadas atrás, mirándose a los ojos, se dijeron mutuamente sí.

Sandra Taylor/SWNS

El secreto para un matrimonio duradero.

Su nieta Sandra Taylor, afirma que el secreto de la larga y duradera relación de 75 años que han mantenido sus abuelos, es el compromiso que se tienen el uno al otro. Ella afirma que nunca se han fallado y en los momentos más difíciles siempre han estado ahí para tenderse la mano, acompañarse y ofrecerse apoyo mutuamente.

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Por su parte, Jim e Irene dijeron que consideraban que no existe ninguna fórmula específica para tener un matrimonio tan longevo como el de ellos, expresaron que simplemente se trata de tomar cada día como se vaya presentando.

También recordaron sus inicios, cuando se conocieron en un baile del pequeño pueblito donde ambos nacieron y la romántica anécdota de cuando se comprometieron. Con los ojos iluminados como cuando alguien mira con amor hacia el pasado, rememoraron el día en que estaban dando un paseo por las afueras de su villa, iban en bicicleta y el clima era cálido y ameno, habían planeado parar en el bosque y compartir una comida. Cuando llegaron allí, Jim bajó de su bicicleta, se arrodilló, sacó un anillo y le preguntó a Irene si deseaba ser su esposa. La respuesta fue un inmediato y espontaneo SÍ! seguido de un largo abrazo.

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Una gran familia.

A lo largo de una vida como granjeros trabajando las hermosas tierras de Lancashire – Inglaterra, formaron una gran familia. Actualmente tienen cuatro hijos, llamados Rosemary, James, Jennifer y Peter, ocho nietos, nueve biznietos e incluso un tataranieto.

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Sus familiares han tomado el matrimonio de sus progenitores como un ejemplo a seguir, los valores inculcados desde la niñez se han preservado a lo largo del tiempo y los han llevado a ser unidos y solidarios entre si.

Actualmente Jim e Irene siguen siendo amorosos y respetuosos entre si, van a todas partes juntos, se toman de la mano, se manifiestan cuanto se quieren constantemente y a pesar de su avanzada edad son muy activos e independientes.

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Jim sale a diario a hacer compras, maneja y camina con total capacidad e Irene cuida con dedicación durante horas de su amado jardín.

Se aman mucho y hablan sobre muchas cosas. Creo que es una rutina, ellos siempre saben lo que va a hacer el otro. – Comentó Sandra en una entrevista.

Es hora de rendirle un homenaje a su amor.

Por todo lo anterior, en la víspera de su aniversario número 75 su nieta Sandra, tomó la batuta para organizar una ceremonia que rindiera el justo homenaje que su historia merece. Lo primero fue reservar la iglesia en la que a sus 20 años de edad se casaron, era el lugar ideal para hacer la renovación de sus votos.

Todos sus descendientes estaban felices de poder verlos salir de la iglesia tomados de la mano, como años atrás lo habían ello antes de que siquiera existieran sus hijos. El momento fue sin dudas, muy emotivo y gracias a que las imágenes fueron compartidas cientos de veces en redes sociales, el mundo se pudo unir a ellos en el día que le rindieron homenaje al amor.

Sandra Taylor/SWNS

Las palabras de Jim cuando le preguntaron sobre lo vivido en estos 75 años fueron las siguientes:

Lo haría todo de nuevo. Estoy orgulloso de todos los miembros de mi familia.

Un anhelo hecho realidad.

Sandra había escuchado durante años que su abuelo siempre había lamentado que durante el momento de dar sus votos cuando se casó, olvidó, con la emoción y los nervios del momento, agradecerle a su difunta madre todo lo que había hecho por él, los años de dedicación y amor que le ofreció. Era una tristeza que llevaba en el alma pues sentía que había pasado por alto lo más importante para él en un instante crucial de su vida, por lo que su nieta se aseguró que en esta ocasión pudiera cumplir su anhelo.

Sandra Taylor/SWNS

Fue así como, 75 años después Jim tuvo la oportunidad, no sólo de volver a ver a los ojos a la mujer de su vida para prometerle una vez más amor eterno, sino también de decirle a su madre durante los votos cuanto le agradecía los años a su lado y además cuánto la extrañaba desde que ella había partido. Fue un arrepentimiento resarcido y un sueño hecho realidad.

En esta ocasión nos unimos a Jim, Irene y el resto de su familia para juntos decir: ¡que viva el amor!

Fuente: DailyMail.