Mamás regalan abrazos a chicos rechazados por sus familias en marcha LGBTI

No pararon de repartir abrazos y de escuchar sus historias, hermoso gesto.

Gracias a una bella iniciativa de una organización sin ánimo de lucro que pretende ayudar a sensibilizar a las personas sobre la enorme importancia que tiene dentro de la sociedad el aprender a ser tolerantes y respetuosos de la individualidad de todas las personas del mundo, incluyendo las que piensan, sienten o viven distinto a uno mismo, miembros de una Iglesia cristiana acudieron a un desfile LGBTQ para repartir abrazos a toda la comunidad y decirles de esta manera, que ante todo, todos somos seres humanos.

El origen de los abrazos.

La iniciativa se llama «Free Mom Hugs», lo que traduce «abrazos de mamá gratis». La idea de esta organización es que las personas repartamos amor y aceptación con todo el mundo como si de nuestros hijos o seres más queridos se tratara porque a veces, cambiando de angulo de visión logras cambiar tu perspectiva sobre asuntos que antes podías considerar inaceptables.

Toda la idea se basó en experiencias de las mismas personas que en algún momento consideraron, por ejemplo, inaceptable el tema LGBTQ y después de haber tenido un familiar cercano perteneciente a esta comunidad, se dieron la oportunidad de liberarse de prejuicios y le dieron curso a la empatía, una de las habilidades más valiosas que tienen los seres humanos.

El objetivo principal de la organización es crear conciencia en escuelas, universidades, iglesias y familias sobre la importancia de la tolerancia.

Free Mom Hugs es una organización registrada sin fines de lucro formada por padres y aliados que afirman que aman a la comunidad LGBTQ + incondicionalmente. Estamos dedicados a educar a las familias, a la iglesia y a los líderes cívicos, alentándolos no solo a afirmar el valor de la comunidad LGBTQ + sino a celebrarlo. – Pone es su página de Facebook.

Una pequeña Iglesia se une a la iniciativa.

Inspirados en la idea original de Free Mom Hugs, la Iglesia a la que acude Jen Hatmaker ubicada en Texas – Estados Unidos, decidió asistir con todos sus miembros a un desfile LGBTQ realizado en su ciudad. Pero no para juzgar y enviar mensajes de rechazo a los participantes del desfile, sino para todo lo contrario: se armaron de carteles y camisetas donde les anunciaban que estaban allí para dar abrazos gratis a quien los necesitara.

El objetivo era que aquellos que no recibían desde hacía tiempo un abrazo de su madre, de su papá, de un amigo, de sus seres queridos o de quién sea, pudiera recibir el de estas personas. Pero ellos no abrazaban como las estrellas de cine abrazan a sus seguidores o los políticos a sus simpatizantes en épocas electorales, es decir con distancia e indiferencia, lo hacían como una madre, un padre, un amigo o un ser querido lo haría: con todo el corazón.

La respuesta de los participantes del desfile no sólo fue masiva y emotiva, fue maravillosa. Hicieron filas enormes y con ojos inundados en lágrimas les dieron las gracias y les contaron tristes historias en las que el protagonista era la falta de aceptación que había conducido a crear una brecha de kilómetros de las personas a las que más aman. Muchos dijeron: «no sabes hace cuanto no recibía una abrazo así, gracias»

Al final de la jornada todos los miembros de la Iglesia, estaban exhaustos pero con sus corazones repletos de satisfacción y amor.

Una participante nos cuenta cómo transcurrió el desfile.

Jen Hatmaker, compartió su experiencia en sus redes sociales, en las que escribió:

Mi querida y pequeña iglesia fue al centro de la ciudad en #AustinPrideParade y ofreció abrazos de mamá gratis, abrazos de papá gratis, abrazos de abuela gratis y abrazos de pastor gratis, como si fueran nuestros empleos remunerados. Y cuando digo abrazos, me refiero al tipo de abrazo que le da una madre a su amado hijo.

Nuestros brazos nunca estuvieron vacíos. Nos abrazamos felices a un montón de gente, pero docenas de veces, veía a alguien en el desfile mirar hacia nosotros, entrecerrar los ojos mirando nuestras camisas y pósters, y correr a nuestros brazos. Estos fueron los queridos corazones que dijeron:

«Extraño esto.»
«Mi mamá ya no me quiere».
«Mi papá no me ha hablado en tres años».
«Por favor solo un abrazo más.»

Ni te imaginas lo que «los abrazos gratis del Pastor» le hicieron a la gente. 😭 Así que les dijimos una y otra vez que eran increíblemente amados, necesarios y preciosos. Y nos abrazamos hasta que nuestros brazos se desplomaron. Esto es lo que estamos haciendo aquí, para lo que estamos aquí.

La siguiente foto es cómo te ves al final de un desfile de orgullo LGBTQ: cubierto de glitter, sudor y más de unas cuantas lágrimas.

Esperamos esta hermosa iniciativa sea imitada por todas las Iglesias del mundo, por todas las madres, por todos los padres y por todas las personas porque el día que lo hagamos la humanidad habrá comprendido el verdadero significado de la vida y el amor.

Fuente: Jen Hatmaker.