Él prometió que el día que se fueran de este mundo lo harían tomados de las manos

Una historia de amor que se entrega al infinito de la eternidad.

George Martinez trabajaba en la carnicería del pueblo en el que nació, cuando vio entrar a Ora Lee Rodríguez, una hermosa joven de la que inmediatamente se enamoró. Se conocieron en 1956 con 19 años de edad y un año después se casaron.

Por casi 60 años la pareja se mantuvo siempre unida, siendo un ejemplo de amor y respeto para sus tres hijas y para todo aquel que tuvo la suerte de ser testigo de su bonito y duradero matrimonio.

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El comienzo de la historia.

Juntos crecieron y con apoyo mutuo afrontaron las dificultades tanto como los éxitos, no pasó un día en que estuvieran separados, nuca se dijeron malas palabras y a lo largo de los años se dedicaron a cumplir uno los deseos del otro, decían que jamás sintieron lo que es estar solo porque siempre estuvieron allí para acompañarse y complacerse en los grandes y pequeños caprichos.

No obstante, siempre tuvieron temor del día en que tuvieran que separarse por ello se prometieron partir de este mundo juntos, por supuesto, eran conscientes de que nadie puede domar el destino, pero esperaban que la vida les concediera ese último deseo en honor a su largo y profundo amor.

Los años pasaron y Ora Lee cayó muy enferma debido a la diabetes, pasados los 75 años de edad sufrió un derrame. A partir de ese momento George no se despegó ni un minuto de ella y la cuidó con esmero, siempre le tomaba la mano y le hablaba, la tristeza de su voz y las lágrimas de sus ojos denotaban cuanto deseaba que el tiempo a su lado no se terminara.

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Sorprendentemente aunque George tenía buena salud, al poco tiempo de que su esposa cayera enferma, también sufrió un derrame. Sus hijas los ubicaron uno al lado de otro, permanecieron algunos días juntos tomados de la mano.

Es hora de partir amor.

Pero lamentablemente a George le llegó la hora de partir, la hora de dirigirse a un nuevo lugar. En ese momento las hijas de la pareja, le dijeron a Ora Lee que su esposo había fallecido y que ella ya era libre de ir con él, que no se preocupara por ellas sino que se fuera junto a su amor para que unidos como en vida pasaran la eternidad.

Tres horas después la señora falleció. Los dos se fueron de este mundo tomados de la mano tras 58 años de matrimonio a los 78 años de edad.

Sus hijas los extrañan a diario, pero saben que ellos les dieron el mejor de los regalos una historia de amor justa de imitar.

Mira en el vídeo a continuación más detalles de esta hermosa historia y no olvides compartirla.

Fuente: News4SanAntonio, AmandaWeberTv.