Finalmente lo logró, hoy es su primer día de escuela.
Con solo ocho meses de nacido, Josh Stockhill, originario de Inglaterra, fue diagnosticado con leucemia, un cáncer agresivo presente en la sangre y la médula ósea, muy común en niños pequeños.
Desde ese momento, la lucha del niño por mantenerse con vida inició y hoy, después de una remisión, una recaída y casi cuatro años de lucha, venció por fin la enfermedad y se prepara para vivir lo que cualquier otro niño de su edad: el colegio.
Lo que nadie espera ni quiere vivir.
La vida de Josh, era la de cualquier otro bebé de unos cuantos meses. Aún no caminaba y era mimado por sus padres, Kirsty y Craig Stockhill, además de sus tres hermanos mayores que veían en él un nuevo niño con el cual jugar, sin embargo, la vida cambió cuando la pareja de esposos empezó a notar moretones en el cuerpo del pequeño.
Después de algunos exámenes por las alertas que habían visto en el cuerpo del niño, el diagnóstico desolador llegó, Josh tenía leucemia linfoblástica aguda y el tratamiento para lograr salvarle la vida empezó de inmediato.
El primer recurso que los médicos vieron viable fue la quimioterapia. Él y sus padres convirtieron el hospital en su segunda casa hasta que, un mes después de empezar el tratamiento, desarrolló una sepsis que lo tuvo al borde de la muerte en cuidados intensivos.
Nos dijeron que había un 50% de posibilidades de que pasara la noche. Casi lo perdemos a los nueve meses. – Dijo Kirsty a SWNS.
A pesar de ese turbio momento, el cuerpo de Josh, como el de un guerrero, sobrepasó la situación y pudo continuar con el tratamiento que duró nueve largos meses hasta que, con un año y medio de vida, los doctores dieron la magnífica noticia de una remisión. Finalmente, el espíritu invencible de este pequeño había superado la peor de las etapas.
El monstruo atacó de nuevo.
Josh estuvo completamente sano durante seis meses, en los cuales, pudo volver a desarrollar su vida como lo que era: un pequeño niño que merecía disfrutar cada segundo y jugar hasta cansarse. Sin embargo, al estar en una edad tan temprana y entrar en remisión, las probabilidades de volver a tener una recaída eran muy altas y fue precisamente lo que pasó.
Recién cumplidos los dos años, el cáncer había regresado y los tratamientos usados en su primera fase ya no funcionarían de la misma forma, además, iban a debilitar al extremo el cuerpo del pequeño Josh, por lo cual, la única solución en ese punto era encontrar un donante de médula ósea compatible con el cuerpo de su hijo para salvarle la vida.
Los primeros en probarse para ser donantes fueron sus padres y hermanos, sin embargo, ninguno de ellos alcanzó el nivel necesario de compatibilidad, el tiempo se acababa y las opciones se fueron haciendo más escasas hasta que Josh fue puesto en una lista europea y, después de intentarlo lo suficiente, un paciente en España fue el elegido, coincidiendo con cada criterio necesario.
Fue una donación de sangre de cordón de España lo que lo salvó. – Comentó Kirsty a SWNS.
Cada suceso importante alcanzado es un recordatorio de su valentía.
Con un donador asegurado y miles de esperanzas puestas en la operación, la familia se mudó durante ocho meses a Bristol, una ciudad más cercana a la frontera, donde Josh recibió con éxito un trasplante y continúa su recuperación a casi dos años de haber sido intervenido.
El cáncer desapareció y sin él, las ganas de vivir cada día como si fuera el último volvieron a aparecer.
Hace unos días, la valiente familia cumplió uno de sus mayores sueños desde que todo esto empezó: ver a Josh alistarse para su primer día de escuela. Con un tierno uniforme y un nuevo maletín, el pequeño salió con determinación mientras caminaba hacia los terrenos de la primaria Leighton, muy cerca de su hogar en su natal Peterborough.
Marcamos cada hito y con cada uno él está mejorando cada vez más. No sabemos qué le depara el futuro, pero es un niño tan alegre. Está muy emocionado de comenzar la escuela. – Relató Kirsty a SWNS.
La familia y Josh superaron lo que creían imposible y, aunque cada día es un reto nuevo y una posibilidad más de recaer, hasta el momento mantienen las esperanzas de verlo crecer de la mejor manera posible. Mientras tanto, sus padres han emprendido una campaña para concientizar a la población de Reino Unido y el mundo entero sobre la importancia de la donación para salvar vidas.
Tan importante como vital, podemos salvar vidas como la de Josh con solo un pinchazo y un poco de sangre. Él es un pequeño héroe y queremos que lo sepa.
Fuente: Mirror