Es difícil pronunciar el nombre de Lindsay Lohan y no pensar en los miles de escándalos que ha protagonizado, bien sea por los terribles novios que ha escogido, que la han desestimado de todas las formas o bien sea por las fotos de ella en lamentable estado saliendo de cuanta fiesta se cruzó en su camino.
De niña se ganó el corazón de miles de seguidores, quienes la encontraban adorable para interpretar divertidos papeles y resaltaban su increíble carisma.
Pero cuando llegó a la adolescencia todo cambió y pese a que se convirtió en una mujer muy atractiva, sobresaliente sobre todo por su hermoso cabello que parecía estar hecho de fuego, la fama destrozó su vida.
A partir de allí se vio siempre envuelta en escándalos y llegó incluso a ser detenida y llevada a prisión para pasar una temporada tras las rejas por su mal comportamiento y por los terribles excesos a los que expuso su vida.
Afortunadamente a sus 31 años de edad ha logrado darle un giro a su vida y al parecer atrás han quedado todos esos horribles momentos de desprestigio y peligro en los que cayó.
Ahora se ve radiante, dejó New York y Los Angeles, las ciudades en las que permanecía y se mudó a vivir a Dubai, donde se ha reencontrado consigo misma, lejos del acoso de los paparazzi y de la opinión pública y aunque no descarta volver en cierto momento de su vida al cine y a las ciudades donde antes vivía, por ahora sólo quiere concentrarse en seguir buscando la paz y la tranquilidad.
Aquí encuentro cierta calma o al menos la sensación de tenerla. No hay paparazzi ni cámaras, y eso es algo muy importante para mí. Dijo en una entrevista a una reconocida revista.
Esperamos que esta chica continúe así y logre para siempre cerrar el capitulo de su horrible pasado para encararse a nuevos retos que la hagan brillar como toda persona sueña y merece.
