Una medida más que alienta el libre desarrollo de la personalidad y el respeto por el individuo.
Uno de los símbolos de mayor desigualdad entre hombres y mujeres es la falda, pues tradicionalmente es usada por estas últimas y hace parte de lo que erróneamente nos han enseñado que constituye nuestra identidad. Sin embargo, todo eso parece ya ser cosa del pasado, pues día a día las sociedades avanzan hacía el respeto de las innumerables manifestaciones que existen de la personalidad, rompiendo esquemas anacrónicos y poco observantes de la individualidad de cada persona.
Hoy México establece un precedente en temas de inclusión e igualdad.
La medida impartida por el gobierno de la Ciudad de México indica que las escuelas deben permitir a sus estudiantes tanto de primaria como de secundaria portar el uniforme con el que más cómodos se sientan, sea falda o pantalón, ponderando el derecho de los individuos a discernir sobre sus propios cuerpos, gustos y preferencias. De esta manera, se vienen abajo las antiguas normas de convivencia de los planteles educativos que estipulaban que los niños debían vestir con pantalón y las niñas con falda.
Creo que quedaron atrás las épocas en donde las niñas tenían que tener falda y los niños tenían que traer pantalón. Yo creo que eso ya pasó a la historia. Los niños pueden traer falda si quieren, y las niñas pueden traer pantalón si quieren. Esa es una parte de la equidad, de la igualdad, – Manifestó la jefe de Gobierno de la capital de México, Claudia Sheinbaum.
Voceros del gobierno resaltaron que la medida no pretende fomentar y mucho menos obligar a ningún niño a vestirse con falda ni a ninguna niña con pantalón, de hecho es lo contrario, pretende estimular la libertad en la toma de decisiones, dándole a ambos géneros la posibilidad de usar la prenda con la que más a gusto se sientan, aseguraron.
Aunque el mandato parece ser toda una novedad debemos recordar que tanto los estudiantes como diversos grupos sociales vienen desde hace años luchando contra el refuerzo de los estereotipos de género expresados comúnmente con cosas como la prohibición de que los chicos lleven el pelo largo en la escuela o que los padres adoctrinen a los hijos a través del color azul como parte de la identidad masculina o el rosado para las mujeres, siendo este último asociado a la supuesta delicadeza y fragilidad femenina, entre otros.
La medida tiene tanto defensores como detractores.
Por un lado, grupos feministas y otros sectores de la sociedad celebraron la medida y la catalogaron como un hito en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, pues ellos destacan la importancia de ayudar a las personas en sus etapas iniciales de vida, las más influyentes en la formación de conceptos, a desarrollar el pensamiento critico para que este sea la base en la toma de sus decisiones y la formación de su personalidad, excluyendo el tradicionalismo y la imposición de valores subjetivos en sus procesos de aprendizaje.
No obstante, por otro lado, líderes de grupos de padres de familia pertenecientes a sectores conservadores de la sociedad manifestaron su descontento con la medida tomada por el gobierno de la ciudad, pues consideran que la igualdad entre hombres y mujeres se logrará a través de la generación equitativa de oportunidades de educación, de acceso al deporte, de empleo, etc, pero no de la tergiversación de las identidades masculina y femenina. Con la expresión “No nos adoctrinen a nuestros niños” resumieron su posición en contra del mandato.
Fuente: CNNEspañol.